Hace mucho que María no escucha
un disco completo. La última vez fue cuando tenía 15 años, el día de su
cumpleaños. Había rechazado la fiesta por eso: porque le regalaran un
minicomponente. Uno capaz de reproducir cds. El mundo se abría hacia todos
lados. Su entrada a la juventud venía de la mano de algo tan hermoso como la
música y algo tan lindo como la libertad, la de poder elegir la canción que
quería escuchar.
Hace mucho que María no se entusiasma con la tecnología.
Podrá sonar ridículo, pero ningún giga ipod ipad mega se compara a la
adrenalina que le daba presionar el shufflerepeatprogram.
Hace mucho que María no escucha un disco completo.
Quizás
porque el primero que escuchó, fue un caleidoscopio; una belleza nacida
en la fragmentación de otras bellezas: una compilación de canciones pop.
No hay comentarios:
Publicar un comentario